Resumen Capítulo 21 Don Quijote
QUE TRATA DE LA ALTA AVENTURA Y RICA GANANCIA DEL YELMO DE MAMBRINO, CON OTRAS COSAS SUCEDIDAS A NUESTRO INVENCIBLE CABALLERO.
Descubrió don Quijote un hombre a caballo, que traía en la cabeza una cosa que relumbraba como si fuera de oro. Le dice a Sancho de que es el Yelmo de Mambrino. Dime, ¿no ves aquel caballero que hacia nosotros viene, sobre un caballo rucio rodado, que trae puesto en la cabeza un yelmo de oro?
- Lo que veo-dice Sancho- no es sino un hombre sobre un asno pardo como el mío, que trae una cosa que relumbra.
- Pues ése es el yelmo de Mambrino-dijo don Quijote-
Y cuando él, vio que el pobre caballero llegaba cerca, le enristró con el lanzón bajo, y le dijo:
- Defiéndete, cautiva criatura o entrégame de tu voluntad lo que con tanta razón se me debe (el yelmo de Mambrino).
El barbero echó a correr. Dejando caer la bacía en el suelo. Entre risas inmediatamente Sancho lo recoge y se lo entrega a don Quijote, que se la pone.
- Sabes que imagino Sancho –dice don Quijote- que esta famosa pieza de este encantado yelmo por algún extraño accidente debió de venir a manos de quien no supo conocer ni estimar su valor.
Luego de aprovecharse del botín, don Quijote y Sancho almorzaron de las sobra del real, que de la acémila despojaron y bebieron del agua del arroyo de los batanes.
Resumen Capítulo 22 Don Quijote
DE LA LIBERTAD QUE DIO DON QUIJOTE A MUCHOS DESDICHADOS QUE, MAL DE SU GRADO LOS LLEVABAN DONDE NO QUISIERAN IR.
Vio don Quijote que por el camino llevaban hasta doce hombres a pie ensartados con una gran cadena de hierro. Preguntó a cada uno la razón porque estaban encadenados y condenados a las galeras. No encontrando en ellos culpa tan grave e irremediable, se dirige al guardia y al comisario para que los desaten y los dejen ir en paz.
- ¡Donosa majadería!-respondió el comisario- ¡Bueno está el donaire con que ha salido a cabo de rato! Váyase vuestra merced señor, norabuena su camino adelante, y enderécese ese bacín que trae en la cabeza, y no ande buscando tres pies al gato.
Dicho esto don Quijote arremete contra el comisario y da con él en el suelo. Inmediatamente los galeotes presos rompen las cadenas y arremeten contra los guardias los cuales huyes. Don Quijote reúne a los galeotes que andaban alborotados y les pide que vayan al Toboso a su esposa Dulcinea y le cuenten el acometido del caballero de la triste figura. A tal petición se niegan y apedrean al Quijote y a Sancho. Solos quedaron jumento y Rocinante, Sancho y don Quijote; el jumento cabizbajo y pensativo. Rocinante tendido junto a su amo Sancho en pelota, y temeroso de la Santa Hermandad, don Quijote mohínisimo de verse tan mal parado por los mismos a quien tanto bien había hecho.
Resumen Capítulo 23 Don Quijote
DE LO QUE ACONTECIÓ AL FAMOSO DON QUIJOTE EN SIERRA MORENA, QUE FUE UNA DE LAS MÁS RARAS AVENTURAS QUE EN ESTA VERDADERA HISTORIA SE CUENTAN.
Sancho y don Quijote entraron por una parte de Sierra Morena. Duermen cansados y Gines de Pasamonte, el famoso embustero y ladrón roba el jumento de Sancho. Don Quijote encuentra un bulto que eran un cojín y una maleta asida a él, donde halló un librillo de memoria y cien escudos. Y hojeando casi todo el librillo, halló versos y cartas, pero lo que todos contenían eran quejas, lamentos, desconfianzas, sabores y sinsabores, solenizados los unos llorados los otros.
Con gran deseo quedó el caballero de la triste figura de saber quien fuese el dueño de la maleta. Yendo pues pasó un hombre iba saltando, desnudo, la barba negra y espesa, los cabellos muchos y rebultados. Luego imaginó don Quijote que aquél era el dueño del cojín y la maleta. Poco más tarde oyeron un silbo como de pastor que guardaba ganado, quien les dijo que hace poco de seis meses apareció por esos lares un mancebo de gentil talla y apostura el cual se encamino a la sierra que era más áspera y escondida. Desde entonces nunca lo volvieron a ver. P0oco después salimos a buscarlo y lo encontramos ya loco-dijo el pastor-
Cuándo don Quijote se comprometía a buscarlo apareció de pronto el mancebo que buscaba y abrazóle nuestro caballero.
Resumen Capítulo 24 Don Quijote
DONDE SE PROSIGUE LA AVENTURA DE LA SIERRA MORENA.
El astroso Caballero de la Sierra, agradeció a don Quijote el trato que tuvo para con él. Luego de engullir la comida ofrecida por Sancho y el cabrero. Pasó a contar su triste historia: “Mi nombre es Cardenio dijo. Me enamoré de Luscinda, doncella tan noble y rica como yo, y ella me quiso a mí. Pero cuando estaba por pedir que sea mi legítima esposa, encuentro a mi padre con una carta en la mano, la cual pertenecía al Duque Ricardo, que me pedía que se fuese para ser compañero de su hijo mayor.
Llegóse el término de mi partida, hablé con Luscinda le dije lo que pasaba. Y luego viaje. Hice amistad con el segundo hijo del Duque, llamado Fernando, mozo gallardo, gentil hombre, liberal y enamorado de una hermosa labradora. A la cual le dio la palabra de ser su esposo para alcanzar su amistad que de otra forma era imposible. Pero se supo que el joven Fernando, había gozado a la labradora con título de esposo, y como su amor solo era apetito se le aplacaron sus deseos y se enfriaron sus ahíncos. Queriendo ausentarse y así lo hizo acompañado de mí. Venimos a mi ciudad. Lo recibió mi padre y me fui a ver a Luscinda. De inmediato don Fernando quedo prendado de ella. Acaeció pues que habiéndome pedido Luscinda un libro de caballerías que era el Amadis de Gaula…”
No hubo bien oído don Quijote nombrar el libro de caballerías cuando dijo:”… Me hubiera dicho señor que Luscinda era aficionada a los libros de caballerías…” Cardenio bajo la cabeza y alzó un guijarro que hallo junto a si y arremetió contra don Quijote, Sancho y el Cabrero.
Resumen Capítulo 25 Don Quijote
QUE TRATA DE LAS EXTRAÑAS COSAS QUE EN SIERRA MORENA SUCEDIERON AL VALIENTE CABALLERO DE LA MANCHA, Y DE LA IMITACIÓN QUE HIZO A LA PENITENCIA DE BELTENEBROS.
Don Quijote se despide del cabrero. Por el camino charla con Sancho, de lo sucedido con el loco Cardenio, conversan sobre las aventuras de libro “Amadis de Gaula” y que nuestro caballero está prestó a imitar, especialmente a Amadis que fue un valiente y enamorado, mostró su prudencia, valor, valentía y amor. Pasó a hacer penitencia en la Peña Pobre. Y que mudó su nombre por el de Beltenebros. El Quijote envía una carta a Sancho para Dulcinea. Para ello le da a Rocinante para que vaya más rápido puesto que su viaje será de ida y vuelta. Sacó el libro de memoria don Quijote y apartándose comenzó a escribir la carta; como sigue:
CARTA DE DON QUIJOTE A DULCINEA DEL TOBOSO.
Soberana y alta señora:
“El ferido de punta de ausencia y el llagado de las telas del corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía la salud que él no tiene. Si tu fermosura me desprecia, si tu valor no es en mi pro, si tus desdenes son en mi afincamiento, maguer que yo sea asaz de sufrido, mal podré sostenerme en esta cuita que, además de ser fuerte, es muy duradera. Mi buen escudero Sancho de dará entera relación ¡Oh bella ingrata, amada enemiga mía! Del modo que por tu causa quedo: si gustares de acorrerme, tuyo soy; y si no, haz lo que te viniere en gusto; que con acabar mi vida habré satisfecho a tu crueldad y a mi deseo.”
Tuyo hasta la muerte,
EL CABALLERO DE LA TRISTE FIGURA.
Hizo también otra carta en la que encargaba que dieran a Sancho tres pollinos. Antes de irse sobre Rocinante, vio una locura que hizo don Quijote. Sacándose la ropa y quedando en carne y pañales. Con esto confirmó que su amo quedaba loco.
Resumen Capítulo 26 Don Quijote
DONDE SE PROSIGUEN LAS FINEZAS QUE DE ENAMORADO HIZO DON QUIJOTE EN SIERRA MORENA.
Don Quijote ya solo, piensa a quien imitar si a Roldan en su locuras desaforadas o a Amadis que sin perder el juicio y sin hacer locuras alcanzó tanta fama de enamorado. Acertó con éste último. Después de rezar un millón de avemarías, escribió poemas en honor de su amada Dulcinea en las cortezas de los árboles que por el pradecillo había. Por su parte Sancho saliendo del camino real, acudió a la venta donde la había sucedido lo de la manta, encontrándose con el Cura y el Barbero; ellos preguntaron por don Quijote. Sancho les dijo que venía especialmente trayendo una carta para Dulcinea del Toboso hija de Lorenzo Corchuelo. Le solicitan la carta, y el pesar es grande porque Sancho se había olvidado de pedirle a don Quijote el libro de memorias y éste de dársela. Entre el Barbero y el Cura traman un plan para rescatar a don Quijote y era que el Barbero se vestiría en hábito de doncella afligida y menesterosa. Y el Cura de escudero. Tratarían de sacar al Quijote de ese extraño lugar y ver si su locura tenía remedio.
Resumen Capítulo 27 Don Quijote
DE COMO SALIERON DE SU INTENCIÓN EL CURA Y EL BARBERO, CON OTRAS COSAS DIGNAS DE QUE SE CUENTEN EN ESTA GRANDE HISTORIA.
El Cura y el Barbero se disfrazan, el uno de doncella menesterosa y el otro de escudero. Aunque después trocaron. Poco después se adentran en la sierra en compañía de Sancho. Con la finalidad de rescatar a don Quijote de la montaña. Para luego encontrarse con Cardenio el loco, lo escuchan cantar y se asombran. Es entonces en que Cardenio decide contarle el cuento de su vida y sus desventuras que fueron interrumpidas por don Quijote. Los dos que no deseaban otra cosa que saber de su misma boca la causa de su daño, le rogaron que se la contase, y con esto el triste caballero comenzó su lastimera historia: Llegando al paso del billete (carta corta) que había hallado don Fernando en el libro de Amada de Gaula. Donde Luscinda da a conocer a Cardenio para que la desposase. Para ello don Fernando ya se había fijado en la hermosura de la bella Luscinda.
Y pareciéndole a don Fernando que mi presencia le era inconveniente, determinó enviarme a su hermano mayor. Antes con grandísimo gusto me ofrecí a partir. Hablé con Luscinda y me dijo que regresará pronto, y sus ojos se llenaron de lágrimas. Pero la noche que precedió al triste día de mi partida ella lloró, gimió y suspiró, y se fue. Fui al lugar donde era enviado; fui bien recibido, pero no bien despachado. Demoré en aquel lugar ocho días. Era una treta de don Fernando y su hermano. Pero al cuarto día que allí estaba llegó un hombre en mi busca con una carta. Y partí presuroso. Y cuando Luscinda me vio me dijo: “…Cardenio de boda estoy vestida, ya me están esperando don Fernando y el traidor de mi padre… una daga llevo escondida… para dar fin a mi vida…” Y yo le respondí: “Hagan señora tus obras que si tu llevas daga para acreditarme, yo espada para defenderte de ella…” Pero al preguntar el Cura si quería ser la esposa de don Fernando ella con voz desmayada y flaca dijo: “Si quiero” y lo mismo hizo don Fernando. Luscinda se desmayó. Y aquí me tienen anduve y encontré a unos ganaderos, mi mula murió. Yo quedé en pie, rendido a la naturaleza. Y fui rescatado por unos cabreros, maldiciendo mi ventura y repitiendo el nombre amado de mi enemiga. Mi habitación es un alcornoque, los vaqueros y cabreros me dan comida. De esta manera pasó mi miserable y extrema vida. Aquí dio fin Cardenio a su larga plática.
Resumen Capítulo 28 Don Quijote
QUE TRATA DE LA NUEVA Y AGRADABLE AVENTURA QUE EL CURA Y BARBERO SUCEDIÓ EN LA MESMA SIERRA.
Cuando el cura se proponía consolar a Cardenio, escucharon una voz, se acercaron más y al pie de un fresno estaba un mozo vestido de labrador que se lavaba los pies en el arroyo. Se acercaron con cautela el Cura y los que con él estaban y descubrieron que era una hermosa mujer.
- Deteneos señora-dijo el Cura- quienquiera que seáis; que los que aquí veis solo tienen intención de serviros.
Y así haciendo fuerza por detener algunas lágrimas, con voz reposada y clara la hermosa dama relato la historia de su vida de esta manera: “…Es pues, el caso que, pasando mi vida en tantas ocupaciones y en un encerramiento tal, que al de un monasterio pudiera compararse. Así fui vista por don Fernando hijo menor del Duque Ricardo, quien sobornó a toda la gente de mi casa; dio y ofreció dádivas y mercedes a mis parientes; los billetes (cartas cortas) que llegaban a mis manos estaban llenas de enamoradas razones y sufrimientos. Todo lo cual me endurecía cada día más, como si fuera mi mortal enemigo. Y fue que una noche, estando yo en mi aposento con la sola compañía de una doncella y en la soledad de este silencio y encierro, me le hallé delante, me turbo y enmudeció la lengua. Me rogó con lágrimas y suspiros, tomó una imagen que en mi aposento había, y la puso como testigo de nuestro desposorio, me dio la palabra de ser mi marido. El día que sucedió a la noche de mi desgracia se venía no tan aprisa como yo pienso que don Fernando deseaba; porque después de cumplido lo que el apetito pide, se apartó de mí. Me dio un rico anillo y lo puso en el mío, y nunca más volvió. Poco después tuve noticia de que se había casado con una hermosísima dama llamada Luscinda, y que en el momento del desposorio se desmayó y se halló una carta en donde decía que era esposa de Cardenio. De allí para adelante Luscinda desapareció y no pudieron hallarla. Poco después llegó a mis oídos un público pregón donde se prometía grande hallazgo a quien me hallase. Así me adentró en la montaña y mi fiel criado viéndome en soledad me requirió de amores y con mis pocas fuerzas, di con él por el derrumbadero, poco después, hallé un ganadero que me llevó por su criado y descubrió que no era varón y tuvo la misma pretensión que mi criado. Y así tuve por menor inconveniente dejarlo y esconderme en estas asperezas…”
Resumen Capítulo 29 Don Quijote
QUE TRATA DE LA DISCRECIÓN DE LA HERMOSA DOROTEA, CON OTRAS COSAS DE MUCHO GUSTO Y PASATIEMPO.
Esta es, señores, la verdadera historia de mi tragedia dijo Dorotea. Cardenio promete no desampararla hasta verle en poder de don Fernando, escucha con atención el Cura y el Barbero que también se comprometen a ayudarla a buscar a don Fernando o llevarla ante sus padres. Mientras Sancho llamaba a voces, había encontrado a don Quijote: desnudo, en camisa, flaco, amarillo, y muerto de hambre. Dorotea se viste de doncella, a todos contenta su mucha gracia, donaire y hermosura. Sancho pensó que era una princesa-Llamase-dijo el cura- la princesa Micomicona, porque llamándose su reino Micomicon.
Así Dorotea subió a la mula del Cura, y el Barbero había acomodado al rostro la barba de la cola del buey, y dijeron a Sancho que les guiara a donde don Quijote estaba. Al encontrarse Dorotea se pone de rodillas y suplica a nuestro caballero que le conceda un don. Sancho se acerca a don Quijote y le dice: -Bien puede vuestra meced, señor, concederle el don que pide, que no es cosa de nada, solo es matar a un gigantazo, y esta es lo que pide es la alta princesa Micomicona, reina del gran reino Micomicon de Etiopia. Y don Quijote volviéndose a la doncella dijo: La vuestra gran hermosura se levante; que yo le otorgo el don que pedirme quisiere. Sancho descolgó las armas que, como trofeo, de un árbol estaban pendientes y armó a su señor. Así el barbero, la doncella, don Quijote montaron y se fueron, Sancho iba a pie. Más allá los esperaban Cardenio y el Cura. Fueron en camino hacia el reino de Micomicon, antes pasarían por la venta.
Resumen Capítulo 30 Don Quijote
QUE TRATA DEL GRACIOSO ARTIFICIO Y ORDEN QUE SE TUVO EN SACAR A NUESTRO ENAMORADO CABALLERO DE LA ASPERÍSIMA PENITENCIA EN QUE SE HABÍA PUESTO.
Dorotea dirigiéndose a don Quijote le cuenta su historia: “…Mi padre se llamaba Tinacrio el Sabidor muy docto en el arte mágico, y alcanzó por su ciencia que mi madre, que se llamaba la reina Jaramilla, había de morir primero que él, y poco tiempo después él también. Quedé huérfana de padre y madre. Entonces el gigante llamado Pandafilando de la Fosca Vida quiso quitarme mi reino, pero que podía excusar esta ruina si yo me quisiese casar con él. Recordé que antes de morir mi padre me dijo, que ante la amenaza de Pandafilando fuera yo en camino de la Españas, a hallar a un caballero, que se había de llamar Azote, o don Jigote…”
- Don Quijote- dijo a sazón Sancho-
Mi suerte ha sido tan buena- añadió la princesa- en hallar a don Quijote, ahora lo llevaré ante el gigante Pandafilando de la Fosca Vista para que le mate. – De nuevo confirmó el don que os he prometido- dijo don Quijote- y juró de ir hasta verme con el fiero enemigo y con la ayuda de Dios y mi espada tajar su cabeza. Y después de habérsela tajado restituiré su reino. Y se negó a casarse con ella, Sancho queda descontento y es castigado por don Quijote. Dorotea los calma y Sancho pide disculpas a su amo. Así por el camino aparece un hombre montado en un jumento, Sancho lo reconoce y es Ginés de Pasamonte el que le robo su rucio. -¡Ah, ladrón, Ginesillo! ¡Deja mi prenda, suelta mi vida, deja mi asno! Y Ginés tomando un trote se alejó de todos. Así Sancho recuperó su asno. Luego charla con don Quijote sobre la carta que entregó a Dulcinea.
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